viernes, 15 de enero de 2010

Caspian - Tertia

Philip Jamieson, Calvin Joss, Chris Friedrich, Joe Vickers y Erin Burke-Moran son cinco chicos de Beverly, pequeña localidad situada a unos veinte minutos al norte de Boston, que un buen día decidieron reunirse para tocar música. Así se formó Caspian, una banda en la que nadie canta y que, a día de hoy, han registrado un par de elepés más un epé de estudio, además de grabar un directo, más otro epé que no he logrado localizar y una colaboración con sus paisanos Constants en forma de Split CD. A priori, se podría pensar de Caspian que no aportan nada nuevo al panorama musical. Yo mismo, tras escuchar su anterior trabajo lo pensé. Nada nuevo bajo el Sol. Otra propuesta más en la línea de lo que ofrecen bandas como Explosions In The Sky, Godspeed You Black Emperor!, This Will Destroy You, Mono, Do May Say Think o los mismísimos Mogwai, por poner sólo unos ejemplos de lo que hoy día conocemos como post-rock. Nada más lejos de la realidad.

El merito de Caspian consiste en haber grabado uno de los mejores álbumes del pasado año: “Tertia”. No sé si calificarlo como el mejor es algo excesivo, pero desde luego tiene trazas de obra maestra del género y como tal me parece justo incluirlo, como no se ha hecho por parte de casi ninguna publicación especializada, en el listado de discos imprescindibles del 2009. Tal vez la tardanza con la que fue publicado en España, el primer día de diciembre, justifique esta ausencia. Y vale sí, reconozco que tengo especial devoción por los grupos instrumentales. Y que eso me hace mirar con mejores ojos los proyectos musicales al estilo de Caspian, también. Aún así, honestamente pienso que este disco se merece una puntuación de diez sobre diez... 'enga va, un nueve setenta y cinco si queréis que hile más fino.

El quinteto de Massachusets se presenta ante su público como una “banda de rock en la que nadie canta”, que la mayor parte del tiempo “hace mucho ruido”, aunque “a veces toca con bastante suavidad”. Eso sí, “siempre partiendo del corazón y apelando a la emotividad”. No se puede añadir mucho más a esa definición. Básicamente de eso va Caspian y en eso consiste “Tertia”. Una colección de diez composiciones que se retuercen en plena ascensión sonora, para luego bajar abruptamente, después volver a izar el vuelo y así ad infinitum... No sé, me es difícil explicar mejor que os vais a encontrar en “Tertia”… Es furia y no precisamente silenciosa, sí, pero también es tranquilidad… Destrucción masiva, aunque en ocasiones haya remansos de paz… Volar por los aires y aterrizar violentamente… Flotar en el espacio y yo que sé que más. Una puta delicia.  

No puedo dejar de apuntar algo en lo que este disco se diferencia respecto de todo lo anteriormente editado por la banda y que va más allá del envidiable estado de forma en el que estos cinco magníficos parecen encontrarse y que ha dado como fruto la gestación de un disco al que sólo cabe calificar como superior. Me refiero a la sensación de que con “Tertia”, Caspian ha ido un paso más allá en su evolución hacia lo abstracto. Una evolución que, por otro lado, parece una tendencia sostenida en el sonido de la banda desde su primera grabación fechada en 2005: el EP “You Are The Conductor”. 

Joder, ¡ya lo sé!… Todo esto no parecen más que frases hechas vacías de contenido… Es más, probablemente lo sean. Así que lo mejor es que le deis una oportunidad al disco. No creo que os decepcione.
En fin, supongo que habréis notado que “Tertia” me parece una auténtica joya. Desde el principio hasta el final. Pero si he de quedarme con un par de canciones elegiría, sin muchas dudas, “Of foam and wave”. Mi favorita absoluta. Salvaje en sus cambios -¡¡¡más bien brutal!!!-. También “The Raven”, que es, quizás, el punto álgido del disco. De esta barbaridad de disco.

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