lunes, 13 de septiembre de 2010

Patience for the ride

Una de las peores cosas que te pueden suceder cuando montas en el tranvía, es que se te ponga al lado un adicto/a al móvil. Sí, sí, en serio, no pongáis caras raras, al que más y al que menos le ha pasado alguna vez. Y es que esa subespecie animal de aspecto humanoide cuya característica distintiva es que en una de sus extremidades superiores en lugar de una mano hay un teléfono soldado, es el puto rey del tranvía (¡y del metro! ¡y del tren!...)… ¡ensombreciendo incluso a los calorros que se ponen a dar palmas al final del convoy! Ese es el motivo de que hoy, a eso del mediodía y entre las paradas de Garbí y Vicente Zaragozá, me pudiera enterar de los gravísimos problemas de salud, familiares, personales, sexuales y de cualquier otra índole, que aquejaban a la señorita que se aposentó a mi vera.

¡Joder! Y mira que si cojo tanto el tranvía es porque me parece un medio de transporte mucho más tranquilo y agradable que el metro. También es más lento, cierto, pero como contrapartida se puede disfrutar de las vistas sobre diversos barrios populares –por partida doble- de Valencia, a la vez que escuchas música, cosa imposible en el metro en donde tan sólo hay oscuridad absoluta y ruido a mansalva –aunque siempre tienes la opción de reventarte los tímpanos poniendo el reproductor a todo volumen-. Precisamente a esa técnica he recurrido para evitar la patética conversación de mi compañera de viaje, ¡pero ni por esas!, ¡ni siquiera con Buckcherry a toa mecha!

En fin, no sé de que me quejo, uno sabe que cuando opta por el transporte público, acaba adentrándose en un micro-mundo gobernado por reglas diferentes a las del exterior. Y no sólo dentro del transporte en sí, también en las diferentes estaciones, atestadas de expertos peticionarios y solidarios pesados, además de especialistas en mal de ojo y otras suertes propias de la magia (negra), que convierten tu tránsito por ellas en un auténtico infierno. ¿Quién no se ha cruzado alguna vez con el tío que pide profesionalmente en la estación de Xàtiva? ¿o el de Aragón? –oiga, perdone, es que me faltan 30 céntimos para coger el metro, ¿me podría ayudar?- Que digo yo, que sí siempre le falta ese importe se lo debería de hacer mirar al salir de su casa. Por otro lado, después de varios años viendo al mismo chaval pidiendo pasta, uno cree que ya le debería dar para comprarse un abono anual… o visto la de peña que le da una monedita (incluido el menda) ¡hasta un vagón para él sólo! ¿Y que me decís de los variados cooperantes de ONG’s? No contentos con situarse en la puerta de todas las tiendas del centro, ahora han tomado las estaciones de Metrovalencia. Vamos que el esfuerzo de ir esquivando solidaridad cada vez es más duro para el ciudadano medio. Y lo peor de todo es cuando te toca alguno más agresivo, especie ésta que cada vez cobra mayor presencia – Oye, ¿conoces Ayuda en Acción? – Sí, sí, lo conozco, pero ahora no tengo tiempo… lo siento…- No pasa nada, dame tu número y te llamo…- No mira, es que no me interesa, lo siento…- ¿Qué pasa, no te importa que mueran millones de niños en el mundo?-... A ver chaval, ¿qué parte de no tengo tiempo aka dejameenpazdeunaputavez no has entendido? Aunque existen personajes más interesantes dentro de este mundillo subterráneo. Mis favoritos son los adláteres del Dr. Mugamba (o algo parecido), un desconocido personaje especialista en curar (y supongo en lanzar) maleficios de todo tipo y condición. Al menos eso es lo que indican las tarjetitas que te entregan en petit comité esos señores tan serios. 

En fin, lo dejo ahí, tan sólo quería desearos que tengáis un buen inicio de semana. Que a la vez supone mi último día de vacaciones este año… y mañana me toca retornar al infierno laboral… ¡miedo me da!
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"Patience for the ride" - Centro-matic

4 comentarios:

  1. Aquí pasa lo mismo, lo del dr mugamba debe ser ya una franquicia.
    Gracias por alegrarme este lunes con este vídeo, vienen a tocar en octubre o noviembre, no recuerdo.
    Y ánimos con el retorno al trabajo :)
    besos.

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  2. jeje, pues sí vaya percal urbano, pero lo del móvil puede llegar a ser el coñazo del siglo... fíjate q en USA había varios sitios en los q no se podía utilizarrrrrrr. Y, encima, tmb está la selva de la oficina que ésa a veces tmb tiene lo suyo. bueno, que te sea leve la vuelta. si ves que no rindes el 1er día.. es q todo va bien..
    chao.
    viola! te mando un beso tmb

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  3. Bueno es saberlo Viola, aunque el tema estiba en saber si los conjuros funcionan... por si alguna vez preciso de ese tipo de servicios lo digo... je je je

    Un saludo y gracias por los ánimos.

    PD. Sí, pq tabién tocan en noviembre y además gratis. Presentan el EP nuevo compartido con South San Gabriel.

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  4. A/a Lapor

    Unos sabios estos gringos!!!
    Aunque aún puede ser peor. Exactamente cuando se pueda hablar sin restricciones a bordo de un avión... cosa que en algunos foros ya se anuncia... ¡¡¡miedo me da!!!

    Gràcies i adeu...

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