sábado, 20 de noviembre de 2010

¡Petorro WiFi!

Con este peculiar grito, la entregada jovenalla despidió a una de sus bandas favoritas, los catalanes Els Amics de les Arts. O al menos eso quise oír yo, porque ese brillante colofón le venía que ni pintado a tan pintoresca velada. Teniendo en cuenta que todo comenzó en un bareto regentado por chinos, en el cual se daban cita los peores especimenes de la noche valenciana… ¡Un cuadro digno del mejor Bukowski! Cuestión esta que, por su innegable interés, merece un post para él solo. Me lo reservo para otra ocasión.

El caso es que un par de amigos, fans confesos del cuarteto barcelonés y especialmente de su último elepé “Bed & Breakfast”, me convencieron para acudir a verlos la noche del pasado jueves. Y yo me dejé convencer, sobretodo porque no tenía nada mejor que hacer y el precio no me pareció excesivo (tras los 41 napos desembolsados por Interpol, todo me parece bien). El evento en sí estaba organizado por la gente de Clip Inquiet dentro de los actos del VI Festival de Cinema en Valencià Inquiet, en el cual colabora la Universitat Politècnica de València, junto con otras instituciones, entre ella la gente del Terra (Centre Social, Associació Cultural, Menjador Popular y lo que se tercie). Posiblemente por eso para abrir la noche actuaron Aspencat, enésima banda de ska-drum’n’bass-reggae-charanga surgida de la terreta –concretamente de la Marina Alta-. Obviamente exhibieron todo el repertorio de soflamas habitual en este tipo de grupos reivindicativos, aunque, para ser sincero, no me quedó muy claro que carajo pedían/buscaban/reivindicaban/defendían. Cháchara, clichés variados y lugares comunes. Eso sí, la lucha siempre continúa… ¡¡¡y que no decaiga!!!

Después de que los skatalikos nos echaran en cara que somos una panda de ciudadanos pasivos (el “tranquilo majete en tu sillón” versión alacantina), salieron a escena Els Amics de les Arts, para goce y disfrute del respetable. Especialmente de las veinteañeras que, por alguna razón que a mí se me escapa, encuentran atractivos a los miembros de esa banda. Se supone que la música Els Amics de les Arts es una especie de folk-pop con melodías sencillas, toques electrónicos de sintetizador, juegos de palabras y grandes dosis de humor en las letras. Con ello se han situado a la cabeza de las nuevas bandas surgidas durante los últimos años de Cataluña, bajo el paraguas de la etiqueta “nou rock catalá”. Es más, hay quienes se han atrevido a afirmar que estos son los mejores, por delante de los mismísimos Manel… els collons del Montgó!!! (o “y una polla como una olla”, para que me entendáis todos). En fin, debe ser cierto eso de que sobre gustos no hay nada escrito… o sí que lo hay, pero poca gente se lo ha leído. Por eso no me sorprendió nada lo que Els Amics de les Arts ofrecieron. Igual de flojos que en disco. Una panda de amigotes que se divierten haciendo música tirando a regular, que en el mejor de los casos no pasa de ser una mala copia de los mencionados Manel y en el peor, los autores de la versión bizarra de “La chata merenguera” pero en català (o La Trinca revisited, si lo preferís).  

En fin, ya sé que se hicieron con el Premio al mejor disco catalán del año concedido por Radio:4 de RTVE,  con el “Bed & Breakfast”. ¿Pero que queréis que os diga?, yo no le consigo pillar la gracia al asunto. ¡Y juro que lo he intentado! Pero es que encima, los gachones prescindieron de tocar la única canción de ellos que me gusta algo: Esa de "Liberty Valance".  

Hala, agur y… ¡larga vida al metal!

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