martes, 14 de diciembre de 2010

Me llamo Aram


Recuerdo con alegría la primera vez que escuché el nombre armenio Aram. Fue gracias a Aram Khachaturian -en armenio Արամ Խաչատրյան que mola el doble- compositor soviético al que debo uno de los escasos momentos de placer que me ha procurado la música clásica hasta el momento. Fue gracias a un cedé adquirido de chiripa hace un huevo de tiempo, por recomendación de alguien (sinceramente no recuerdo quien). En el se incluían la “Suite nº 4 – Espartaco” y una deliciosa pieza creada por Khachaturian para la representación teatral de “Masquerade”, obra del poeta y dramaturgo ruso Mikhail Lermontov. Sin embargo no es a éste Aram a quien me quiero referir en esta entrada, sino a Aram Garoghlanian, alter ego del escritor armenio-americano William Saroyan y protagonista de su libro “Me llamo Aram”.

 

Y es que el joven Garoghlanian es el protagonista de los catorce relatos que integran esta fantástica compilación que, al igual que sucedió tras leerme “La comedia humana”, me ha dejado gran sabor de boca. Para la ocasión Saroyan recurre a la figura de este inocente chaval nacido y residente en Fresno (California) –como él mismo- a través del cual nos relatará una serie de anécdotas y/o experiencias más o menos autobiográficas, más o menos fabuladas, de las que se extraen importante lecciones vitales. Del mismo modo que en “La comedia humana”, con estas historias se nos muestran los modos de vida de los agricultores armenio-americanos establecidos en el Valle de San Joaquín. Sus problemas, sus recuerdos, la supervivencia de sus tradiciones ancestrales y el sempiterno tema del desarraigo del inmigrante, más aún en el seno de una comunidad tan castigada como la de los armenios.

 

El libro, escrito en 1940, consagraría a Saroyan como uno de los  grandes maestros de la narrativa norteamericana contemporánea y no es para menos. Con un estilo marcadamente realista, no por ello exento de lirismo, sus formas le asemejan muy mucho a otro autor referencia para un servidor y del cual os he hablado en otra ocasión: Sherwood Anderson.

Quien no se haya leído nada de Saroyan tiene una magnífica oportunidad de acercarse a su mundo a través de este libro. Un auténtico best seller internacional en su momento. Very good.

2 comentarios:

  1. El Joven Audaz en el Trapecio Volante, nen. Hazte con él. Yo lo tenía, pero para variar ha caído en la nada víctima de uno de esos préstamos a algún impresentable.

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