lunes, 25 de julio de 2011

Lo que les hace grandes


Canta el amigo Pucho, vocalista de Vetusta Morla, en una de las mejores composiciones incluidas en “Mapas” (2011): “tal vez lo que te hace grande… no entienda de como y porqué... tal vez lo insignificante… se ha visto en un barco de nuez... tal vez lo que te hace grande… no sea difícil de ver… tal vez cada guiño esconda la llave que intentas tener”. Y es cierto que, en demasiadas ocasiones es así y quizás, aunque tan sólo quizás, no haga falta devanarse los sesos para descubrir que es lo que hace que alguien se agrande ante nuestros ojos, ¡disfrutémoslo y punto! Sin embargo no es éste el caso del sexteto madrileño, capaces de mostrarnos a través de un maravilloso concierto de dos horas lo que les convierte en unos grandes. Hablo del maravilloso espectáculo que ofrecieron el pasado sábado noche en los Jardines de Viveros de Valencia. Una de esas actuaciones que, dicho de una manera un tanto simplona, crea afición.

¿Pero que es lo que hace grandes a estos tíos? Pues el meter a casi 5.000 personas en un recinto poco propicio para disfrutar de un concierto y que prácticamente todos y cada uno de ellos salieran con la idea de que lo visto justificaba más que de sobra los veintitantos eurazos que costaba la entrada. O que entre la turbamulta se apostase peña de todo tipo y condición, desde fanáticos del indie patrio, hasta personas con una sensibilidad musical más próxima a los 40 principales y que todos (o casi) se supieran las canciones de la banda de Tres Cantos de pé a pá. También les hace grandes el ser capaces de sacarle brillo en directo a los temas menores de “Mapas”, como hicieron, por ejemplo, con la fantástica interpretación de “En el río” o la enérgica versión de “El hombre del saco” que se sacaron de la manga. También por el bonito homenaje a la malograda Amy Winehouse, enésimo juguete roto de la industria discográfica, con la dedicatoria de “Maldita dulzura”. O por ponernos los pelos como escarpias con esos giros vocales y esos vuelos épicos marca de la casa muy presentes desde el comienzo de la velada, iniciada con la extraordinaria a la par que tristísima “Los días raros”.

Y vale, ya lo sé, estos tipos no es que hayan inventado la rueda y la voz del Pucho en alguna ocasión se acerca a los empalagosos registros que ofrecería un niño castratti. Pero el concierto estuvo de puta madre. Muy, pero que muy por encima de lo esperado. Y en algunos momentos hasta consiguió ponerme la “gallina de piel”.   
 
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(He tomado prestado el título del post de los chicos de “La redacción atómica”. Me ha parecido insuperable)

4 comentarios:

  1. Excelente crónica! Tal vez lo que haga grande su blog, Sulo, sea su mirada franca reflejada en sus artículos, "que dicho de una mirada simplona, crean afición". Gran concierto!
    B.

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  2. Tú sí que eres grande B.!!!
    Saludos

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  3. Comparto su opinión. Disfruté viendo, esuchando y bailando con los madrileños.
    De igual manera que sus reflexiones...
    Un seguidor más de VM y de TCBUP.
    Salut i força

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