viernes, 12 de abril de 2013

Algún día este dolor te será útil... o no


Es este un libro no muy extenso pero que me ha costado Dios y ayuda terminar. Está escrito por un tal Peter Cameron, novelista proveniente de la capital del mundo y que cuenta en su haber con unas cuantas novelas publicadas. No me ha gustado nada. Y cuando digo nada, es nada. Si lo leí es porque me llamó la atención su título -que mola como punto de partida, ¿no?-, también por la temática –una suerte de “El guardián entre el centeno” actualizado- y sobretodo por los parabienes que cierta prensa le regalaba - libro del año (2012) para el Rockdelux, relación de mejores libros del año para ABC, Go Magazine o Tipos Infames…-. Dicho todo esto, insisto, la cosa no es para tanto, nada del otro jueves.

El asunto va en torno a las dudas existenciales y a los pequeños dramas de un pequeño burgués adolescente. El tipo se llama James Sveck y es un hipster neoyorquino que a pesar de haber sido aceptado por una prestigiosa universidad, no está seguro de querer ir. De hecho esa es la menor de sus preocupaciones, porque el chaval no está seguro de nada, comenzando por su sexualidad. Según él lo ve, con el dinero que sus padres piensan destinar a sus gastos universitarios, podría comprarse una casita en el medio oeste en donde pasarse los días leyendo, sin que nadie le perturbe. Porque ese es otro de los problemas de James, que es un asocial y no hace nada –más bien al contrario- para dejar de serlo. También es verdad que a eso tampoco ayuda una familia de mónguers pijos –disfuncionales que se diría finamente- en la que la más centrada es la abuela, una señora que está más p’allá que p’acá. Con este panorama James no puede adaptarse a las normas sociales y es lógico, si el tipo no pone nada de su parte y su familia es lo puto peor es fácil que todo acabe convertido en un puñetero desastre.

Antes he mencionado que el libro viene a ser una suerte de “El guardián entre el centeno” pero actualizado. Pues bien, sí pero no. O sea, que está bastante clara la fuente de la que bebe Cameron para crear su historia. Vamos, que hay cosas que están absolutamente clavadas –recordemos la voluntad de Holden Caulfield en “El guardián entre el centeno” a quien “gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida con la gente”-. Pero ni por esas. Este libro es otra cosa muy diferente. Principalmente porque este Holden Caufield revisited es un imbécil de tomo y lomo con el que es difícil simpatizar. Y a diferencia de lo que pasaba con el personaje de Salinger, la vida y milagros de este James Sveck no consigue que nos sensibilicemos con los problemas de los adolescentes. Así pues "Algún día este dolor te será útil" acaba por ser el retrato de un hipster pijotero, egoísta y resabiado que anda más que perdido que Wally en el Vicente Calderón. Poco interés. Huir como de la peste.

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