miércoles, 29 de mayo de 2013

El PS 2013. Algo parecido a una crónica (y II)

[…]

7. Thee Oh Sees (Sábado, escenario ATP)
Glorioso descubrimiento el de estos californianos. Si bien, poco de fortuna hubo en ello. Si a alguien le he de agradecer el deleite que supone escuchar a Thee Oh Sees es a Bboyz quien, en su impagable labor de promoción a todas aquellas buenas bandas que pululan en el planeta, los incluyó en alguna de sus listas de recomendaciones. La banda de John Dwyer ofreció un show de esos que quitan el sentío. Garage y frenesí, ritmo y energía, hitazos suficientes para parar un carro y así hasta cerrar con la increíble “I come from the mountain” y reventar de éxtasis. Y eso que todo estuvo a punto de irse a la mierda cuando, ya en la última parte de la actuación, Dwyer amenazó con irse si un par de mónguers de la primera fila no deponían su actitud.

8. Crystal Castles (Sábado, escenario Ray-Ban)
A ver, su último disco es una auténtica pasada, mientras que los anteriores no pasan de buenos (Punto 1). Y el concierto tuvo mucho de lo viejo y poco del disco nuevo (Punto 2). Así que, aunque tan sólo fuera por eso, la actuación de los Crystal Castles no podía colmar mis altísimas expectativas. Conste que entiendo la opción elegida, dado el perfil mayoritario entre los allí presentes. Pero me da rabia, porque su último disco -mucho más oscuro y pesado- es el responsable directo de mi acercamiento incondicional a la música de estos canadienses. Con todo y con eso no fue un mal show, más bien al contrario. Con un público entregado desde el minuto uno, cuando abrieron con la brutal “Plague”, el dúo de Toronto se dejó la vida para corresponderle. Y esto último lo digo muy en serio. Hasta el punto que pensé que Alice Glass, en su entrega, podía palmarla allí mismo. Y es que la escuálida vocalista de Crystal Castles es un puto torbellino sobre el escenario... ¡y bajo el escenario! La tía se pasó casi todo el concierto lanzándose a un público enfervorizado que, para sorpresa de propios y extraños, no hizo ninguna barbaridad. Al final se despidieron a la francesa (¡mal!), tras unos escasos 40 minutos de actuación que supieron a poco (¡muy mal!) y sin tocar “Insulin” o “Kerosene” (¡¡¡aún peor!!!).

 9. Menomena (Jueves, escenario Vice)
Tras superar iniciales problemas de sonido, la banda de Portland acabó ofreciendo un bolo bastante sólido. Aunque he de decir que las canciones del anterior disco “Mines” sonaron bastante mejor que las de su más reciente “Moms”. Tal vez sea -aunque sólo tal vez- que “Mines” es mejor disco. Je ne sais pas... en este punto cedo la palabra a los menomenistas. Se echaron en falta algunas canciones comoTantalus” y también algo más de chicha en Justin Harris a las voces, que no al saxo donde estuvo genial. Na' que ver con el bataca – vocalista Danny Seim, impecable toda la noche. Eso sí, demostraron ser una de las bandas más interesantes del panorama actual por propuesta musical, que no sé si es muy original, pero desde luego sí muy especial.

10. Toundra (Jueves, escenario Vice)
Intensísimos y agradecidos, como siempre. Durísimos, aunque menos que en otras ocasiones. Se echaron en falta más subidas y vueltas de tuerca al grito del señor Girón. Y las guitarras sonaron un pelín apagadas. Una pena, aunque con la que liaron la última vez que les vi en el Rock City, el nivel estaba demasiado alto como para superarlo. Eso sí, lo pasé bien y la gente con la que iba -algunos de ellos veían a Toundra por primera vez- también. Sin embargo hay que reconocer que su propuesta post-metalera luce más en sala.

11. Neurosis (Viernes, escenario ATP)
Muy bien. Súper intensos. Fueron capaces de crear una atmósfera atronadora como pocas veces he presenciado. Muy emocionante, porque me retrotrajo a otra época de mi vida, más jovencillo y con la cara como una pizza por culpa del acné. Aunque con algo de tristeza, porque descubrí que esa época ya la tengo superada y no sé si quiero volver. A expensas de lo que sienta cuando les vea en algún recinto cerrado, algo más alcoholizado y predispuesto a headbangear, ahora mismo les prefiero en disco.

12. Mount Eerie (Sábado, escenario ATP)
Ufff... ¡Que putada de concierto! Podía haber resultado algo mágico y se quedó a medias. No por culpa de ellos, me refiero a Phil Elverum y a sus chicas, sino de la organización del Primavera Sound. No tiene nombre donde los ubicaron, en al ATP, junto al Heineken y justo a la hora en la que tocaba Adam Green & Binki Shapiro. Por culpa de la proximidad, de la hora y, supongo, del puto aire que corría en nuestra dirección, todo el jolgorio del show de Mr. Green se cargó la actuación de Mount Eerie. El propio Elverum se quejó sobre el escenario, si bien, al final y para que no pareciera que se excusaba, nos agradeció por estar allí a las siete de la tarde presenciando un extraño concierto que, a todas luces, hubiera merecido un mejor trato. Que pena. Me hubiese encantado disfrutar de este Varg Vikernes de la americana en circunstancias más favorables.

13. Guadalupe Plata (Sábado, escenario Ray-Ban)
Aún con el solecito en lo alto y algún atisbo de calor, nos metimos entre el numeroso público para bailonguear con el blues histriónico y machacón del trío de Úbeda. Dejaron bien alto el pabellón, defendiendo con arrebato y pasión su fórmula, tan de moda últimamente. Los tipos tocaron guarro, pero sobretodo con la intensidad que aquellos bluesmen de los años veinte que alcanzaran éxito y fortuna al otro lado del charco.

14. The Breeders (Viernes, escenario Primavera)
Llegamos tarde y por eso tan solo las pude ver/escuchar -bastante alejado y casi de refilón- un ratito de su show remember the 90's. Que alegría verles homenajear aquel álbum tan fundamental para mí titulado “Last Splash”... “drivin' on 9... you could be a shadow...beneath the street light... behind my home..." Morriña de la wena.

15. Dinosaur Jr. (Jueves, escenario Primavera)
Pese a que son uno de mis grupos de referencia, uno de los pocos de su época que aún se mantienen dignamente, es evidente que su mejor tiempo ya pasó. Y sí, vale, ya sé que no he descubierto la pólvora con esta afirmación, pero es que no lo habría tenido tan claro de no haberles visto en este PS. A ver, la sola presencia de J. Mascis en plan guitar hero y de Lou Barlow en plan bass master impacta. Como el hecho de que tan solo tres tipos sean capaces de generar todo ese ruido. Pero me pareció todo como viejuno. Un ejercicio de quiero ser joven y hacer cosas de jóvenes, ¡pero no puedo! Sí, ya sé que en las crónicas se dice lo contrario, que el señor Mascis esta hecho un chaval, así que debo ser yo, que soy bastante miope y no me entero de la misa la mitad. Obviamente debía verles y, probablemente, si se ponen nuevamente a tiro lo volveré a hacer, pero os mentiría si contara que la sensación fue absolutamente placentera. Me alegró mucho el que recuperaran varios de sus clásicos y también que incluyeran esa versión raruna del “Just like heaven” de The Cure. No tanto la patochada de finalizar tocando algo de una desconocida banda de hardcore -de cuyo nombre no quiero acordarme- cuyo cantante subió al escenario para poner las voces (¡¡¡o los gritos!!!)

16. Swans (Viernes, escenario Ray-Ban)
Megadecepción. Un plomazo de concierto. El maravilloso “The Seer” no se merecía una puesta en escena tan pobre. La banda de Michael Gira no estuvo a la altura y desaprovechó el privilegio de ser una de las pocas que pudieron tocar durante más de una hora. A toro pasado tampoco puedo decir que todo me pareciese una mierdaca, aunque no por el concierto en sí, sino porque el material del que partían era tan bueno que siempre queda algo por rescatar. Sin duda uno de los Razzie del último PS.

17. Bored Spies (Domingo, Parc de la Ciutadella)
Insulso, desabrido y hasta tedioso. Y eso que me lo curré de la hostia para, un poco antes de regresar a Valencia, asistir a su performance en el parque. Viaje en balde. Lástima, porque enlatados me habían sorprendido. Eso y que uno le tiene un respeto a Seam, banda que lanzó a la fama a SooYoung Park, miembro fundador de estos espías aburridos que aburrieron hasta a las ovejas.

18. Chucho (Sábado, escenario Primavera)
Chucho mandrango que se diría en mi pueblo. Nunca me apasionaron. Encima sustituían a Rodriguez. Y tocaron en el Primavera y con bastante viento, un escenario que ya de normal suena bastante rarito. Les vi malamente y en tránsito hacia refugios más gratos. En algún momento sonó “Magic” y no estuvo mal.

19. The Jesus & Mary Chain (Viernes, escenario Heineken)
La actuación de The Jesus & Mary Chain puede resumirse en una pregunta que debió rondar por la cabezota de los hermanos Reid: "¡¡¡¿pero que coño estamos haciendo aquí?!!!" Porque los tíos son buenos músicos, sobretodo porque tienen más tiros pegaos que Harry “el sucio”, pero han perdido el alma (si es que alguna vez la tuvieron). Y es que dieron en todo momento una sensación de incomodidad y/o desidia. De estar allí por que hay que estar, trasluciendo incluso cierto mal rollo entre los hermanísimos y el resto de músicos. No hubo canción de su repertorio (que fueron casi todas las grandes), que no masacraran con su pose de mierda. Vale que nunca fueran la alegría de la huerta y vale que su propuesta dista mucho de ser festiva, pero no sé, me esperaba algo más de entrega. Tienes aquello petado de gente que ha venido a verte a ti, así que no procede actuar con ese desdén. "Vergonya, caballers, vergonya!!!" ¿Que ya estáis de vuelta de todo? Pues muy bien chicos, otra vez os quedáis en casita jugando al parchís, haciendo calceta o lo que cojones os guste hacer, mientras nosotros seguimos deleitándonos con vuestros álbumes. Es verdad que, muy al final, intentaron animarse. Pero ya era demasiado tarde.

20. Orchestra Poly-Rythmo du Cotonou (Sábado, escenario Ray-Ban)
No puedo hacer un análisis concienzudo de este concierto porque estuve muy poco tiempo en el. Se supone que daban el toque de multiculturalidad que mucha gente espera de un festival de estas características, haciendo afro-beat con mucha actitud sobre el escenario y altas dosis de entusiasmo. Desde luego el suficiente para que todo bicho viviente se entregase a mover el esqueleto. La pena es que a mí ese rollo no me acaba. Tampoco me gusta el ska, que le vamos a hacer. Como diría Salvatore en "El nombre de la rosa" "penitengiazite".

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Poco más puedo decir del Primavera Sound 2013. Bueno, que me perdí a Savages, a Dope Body y a Django Django por culpa de tardanzas propias y ajenas. Y también a Blur, aunque esta vez fue por culpa del solapamiento horario. Otra vez será.


Y hasta aquí llegó la chapa. El año que viene más. 

2 comentarios:

  1. Me alegro que te gustasen THEE OH SEES, para mi fue uno de los grandes junto al de MULATU y THE DRONES. La pena fue no poder echar una tertulia cerveza en mano, aunque bien pensado la tarea era difícil si uno queria no perderse los conciertos.
    Haber si un año se les ocurre a la organización hacer un "aplec" de asistentes para debatir puntos de vistas... jejeje

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  2. Lo de Mulatu es una pena, porque me había planificado verle, pero, como el año anterior, el auditorio se me atragantó. Pero sí, tienes razón, lo de las cervezas/tertulia es lo peor. Otra vez será... Seguro.

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