domingo, 23 de junio de 2013

...el uniforme que llevas, es para contar muertos

Se presentaban Nudozurdo por estas tierras dejadas de la mano de Dios y lo hacían con nuevo material bajo del brazo. Se trata de la adaptación acústica de diez de sus mejores canciones, aderezada por una pequeña sección de cuerdas. Un interesante y nada aburrido “Acústico” cuyo cupón de descarga se entregaba al acceder al recinto. Sin embargo el trío madrileño prefirió recurrir a la la electricidad en su show de anoche. Y la verdad, me pareció un gran acierto. Y es que Nudozurdo son un enorme grupo de directo, unos tipos capaces de darle otra dimensión a sus canciones. Unos temas que, cuando suenan sobre un escenario son aún más oscuros, más catárticos y desde luego muchísimo más pesados. Vamos, que hasta sus composiciones más discretas, en vivo, pasan a la categoría de temazos. Y no quiero decir con esto que desprecie su vertiente acústica, para nada, pero me parece que esta versión clásica del sonido Nudozurdo es la mejor y la que más se adapta a lo que uno espera de ellos.

El bolo, que fue largo, muy intenso y bastante jugoso, estuvo compuesto principalmente por canciones incluidas en su último elepé “Tara.Motor.Hembra” y en el Ep “Ultrapresión”. Por allí desfilaron “Golden gotelé”, “Prometo hacerte daño”, “Dosis modernas”, “Mensajes muertos” o las fantásticas “Conocí el amor”, “Contigo sin ti” y “Chico promo”. Aunque también tuvieron su espacio la reinterpretación de algunos de sus clásicos, los del “Sintética” (“Mil espejos”, “El hijo de Dios”, “Ha sido divertido”...) y esa maravilla de sus inicios titulada “Dentro de él” que sonó en versión ultra extendida.

En fin. Un concierto enorme al cargo de una banda enorme -en infravalorada, desde mi punto de vista-. Otro más. 
  

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