lunes, 20 de enero de 2014

El fascinante mundo de Dorian Wood

Alguien a quien aprecio bastante me comentó, hace ya un tiempo, que escuchar a Dorian Wood le suscitaba un cúmulo de sensaciones contrapuestas. No sabía decirme si le encantaba o le disgustaba su música, ahora, eso sí, tenía claro que esa particular propuesta entre el folk, el blues bastardo y la ópera rock no podía dejar indiferente a casi nadie. Eso y que, en directo, la performance del angelino era algo digno de ser visto. Y vaya si lo es. Ahora puedo dar fe de ello.

Y es que el pasado sábado por la noche en el Espai la Rambleta, el torbellino Dorian Wood se presentó ante el público valenciano. Un respetable que, me dio la impresión, desconocía grosso modo la propuesta de este artista multifacético y sin embargo, al menos mayoritariamente, salió contentísimo del evento. Poca importancia tuvo el que la formación tuviera un carácter casi accidental (si no me equivoco el baterista de la noche era el tío de Betunizer). Porque Dorian Wood (& Co) fue capaz de reproducir las excelencias de esa joyita titulada Rattle Rattle”, su tercer y último disco hasta el momento, al que estuvo consagrada casi toda la velada. Tampoco importó demasiado lo conciso del concierto, poco más de una hora incluyendo un único bis. Ya sabéis que lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Y es que la voz de este hombre emociona y sobrecoge, dejando espacio para el estremecimiento en piezas cuya densidad y melancolía le han valido ser comparado con el señor Antony (de Antony and the Johnsons). Pero pasando por alto esta semejanza, bastante obvia por otra parte, así como otras que habréis leído por ahí, la aventura musical de Wood es mucho más que un mero remedo. Sus canciones se adentran en una serie de caminos experimentales que ofrecen como resultado una propuesta única, original, inclasificable y siempre brillante. A todo ello ayuda el delicioso contrapunto vocal de Leah Harmon, fantástica durante toda la noche con su acordeón y su pelo rosa. Supongo que aún hubiera sido más espectacular de haber contado con la presencia de “The Difficult Women”, el coro de 45 miembros del cual Dorian Wood se ha valido para grabar su último álbum. Pero bueno, eso ya hubiera sido pedir demasiado.

Ya para acabar me gustaría incluir una última reflexión. En ocasiones uno asiste a conciertos en los que se percibe claramente que aquello va de otra cosa. Y es que uno tiene la sensación de que, para Dorian Wood, el directo no es solo una cuestión musical. Subirse al escenario e interpretar sus canciones ante nosotros le supuso, de alguna manera, introducirnos en su complejo mundo. Algo que, muy posiblemente, resultaría prácticamente imposible de no adoptar la música como lenguaje vehicular. Y así fue como Dorian Wood se abr en canal ante nosotros haciéndonos participes de sus miedos, anhelos, pensamientos, vicios y pasiones. Esa es la forma de contarnos su historia, la de una niña frustrada por haber nacido aprisionada dentro del feo cuerpo de un niño gordo.

Mi amigo no sabía cómo definirse respecto a la música de este hombre, pero yo sí: Es preciosa... ...pero duele. Entre el candor y el escalofrío. Maravillosa.

Si podéis acudir a verle no lo dudéis ni por un instante. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...