viernes, 12 de junio de 2015

Luke Winslow-King, segundas partes -algunas veces- sí son buenas

A Luke Winslow-King tuve el placer de conocerle allá por el 2013. Fue gracias a Bloodshot Records, interesante sello de Chicago en cuyo catálogo aparecen algunos artistas sobre los que ya se ha hablado en esta bitácora como Ha Ha Tonka, Murder By Death, Jerry David DeCicca, JC Brooks & The Uptown Sound o los Deadstring Brothers. Por aquel entonces, el amigo Luke presentaba su tercer álbum, "The Coming Tide", una preciosa compilación de temas en la que este excelente guitarrista nacido en Cadillac (Michigan) pero residente en New Orleans, se complementa con su pareja Esther Rose para ofrecer su visión particular de la música de raíces. Y es que Luke Winslow-King es uno de esos a los que la crítica tilda de "nuevos tradicionalistas". Gentes como Pokey LaFarge, Kitty Daisy & Lewis o CW Stoneking -a pesar de que este último sea australiano e incorpore esa particularidad en su propuesta musical- que mezclan a la perfección elementos provenientes del ragtime, el blues del Delta, el góspel, el swing de Luisiana, el folk tradicional y como no, el rock 'N roll.

El caso es que tras "The Coming Tide" vino el no menos bueno "Everlasting Arms" y con ello cierto reconocimiento fuera de los EEUU y la consiguiente gira europea que, ¡oh sorpresa!, incluía una parada en Valencia. Eso fue durante el pasado mes de enero y no recuerdo muy bien porqué, o tal vez no me quiero acordar, pero no pude asistir a un show que, según cuentan ciertas fuentes de total confianza, resultó tremebundo. Pero bueno, como la vida a veces ofrece segundas oportunidades, prontamente -para sorpresa de propios y extraños- el artista norteamericano repitió cita en el Cap i casal. El hito se produjo justamente ayer y p'alla que nos fuimos. ¡Y menos mal!

Porque fue un conciertazo. Hora y tres cuartos de deleite musical con un Luke Winslow-King en estado de gracia, bailongo y hasta sabrosound, mostrando una absoluta sintonía con un público que se lo agradeció entregándose desde el minuto uno. No quiero olvidarme de la banda de acompañamiento. Una cuadrilla de virtuosos entre los cuales, y brillando con luz propia, hay que destacar el bajo de cinco cuerdas de don Brennan Andes y, por supuestísimo, al guitar-hero italiano Roberto Luti. Alguien que, debajo de su enorme pañuelo, esconde mucho más de lo que presagia ese look a lo Kid Rock de baratillo. Y en ese contexto fueron sucediéndose los mejores cortes incluidos en "The Coming tide", desde el que da nombre al disco hasta el trompetístico "Moving On (Towards Better Days)", amén de una versión bien bluesera del "Keep Your Lamp Trimmed and Burning". Pero también, lógicamente, las inevitables referencias a esa biografía musicada que es "Everlasting Arms", con la no suficientemente pinchada "Swing that Thing" a la cabeza. Lo más parecido a un hit que Luke Winslow-King tendrá en su vida con permiso de "Never Tired", precioso corte extraído de uno de sus primeros álbumes que también sonó, y muy bien, en el directo de anoche.
Y poco más que añadir. Tan solo recomendaros que si tenéis la oportunidad de presenciar un bolo de este muchacho, no lo dejéis pasar. Puro encanto sureño digno del Mardi Gras de New Orleans. No ha inventado la pólvora, es cierto, pero quizás tampoco anda tan lejos...

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