viernes, 25 de diciembre de 2015

La listaka 2015 - Parte III. Cuaaate!!! Aquí hay tomaaate...

18. Ryley Walker - “Primrose Green”
Segundo disco de este talentoso guitarrista nacido en Illinois. Una exquisitez que conviene degustar de a poquito. Preciosismo anacrónico al cargo de un veinteañero que rehuye modas y corrientes musicales. Evoca al primer Van Morrison, pero también a Jansch y Renbourn, colaboradores en Pentangle. Magnífico ejemplo de lo que la trova contemporánea puede dar de sí.
19. Astro - “Chicos de la Luz”
Desde Chile con amor. Música de sanación y meditación, como le gusta definirlo a ellos. Psicodelia electrónica y psicotropía pop con ciertos ecos a unos MGMT más divertidos y en lengua de Cervantes. Más reposado y menos impactante que su álbum de debut de 2012, pero no por ello obra menor. Ergo cosa mayor, siguiendo la filosofía del poco ilustre presidente agredido.
20. Happyness - “Weird Little Birthday”
Un discazo tremedundo en proporción inversa a lo horroroso de su portada. Se les perdona. Son jóvenes y además seguidores de Pavement, lo cual resulta evidente y a los audios me remito. Un debut que nos hace esperar buenas cosas en un futuro próximo por parte de estos londoners. Y nosotros que las podamos disfrutar...
21. Waxahatchee - “Ivy Tripp”
El tercer disco de Katie Crutchfield es lo más personal y emocional que nos ha mostrado hasta la fecha. Surge de las entrañas, de momentos complicados, de gran confusión y honda tristeza. También de lo que supone aprender de ello y crecer. Y es que, la tristeza siempre es una buena fuente de inspiración. Y las penas son menos cuando las cantamos.
22. Best Coast - “California Nights”
Uno de mis discos energizantes de este 2015. Trabajo que huele, sabe y sobretodo suena a noventas. Muy mal recibido por la crítica, a diferencia de discos anteriores, lo que me lleva a concluir que prefiero a la Cosentino en sus patinazos antes que en sus aciertos. Poned a toda virolla “Feeling Ok”... no hace falta decir más.
23. Ryan Bingham - “Fear & Saturday Night”
Este 2015 ha sido el elegido por el oscarizado country-man de Nuevo México para regalarnos su mejor obra. Bingham se alejó de la ciudad y aislado en su remolque compuso una docena de canciones que hablan de una infancia inestable, la muerte de su madre por culpa del alcohol y el suicidio del padre. Álbum inspiradísimo y amargo como la hiel en el cual, a la preciosa voz de Bingham, se han unido las manos y los brazos de varios Rose Hill Drive.
24. Ampacity - “Superluminal”
Interesante propuesta de rock retro-futurista que viene desde Gdynia, en la costa báltica polaca. Pero es que encima, estos paisanos de Robert Lewandowski demuestran un más que efectivo manejo de los cánones de la psicodelia. Una especie de Man or Astro-man? pero algo más técnicos y reposados. ¿Puede ser? Pues sí.
25. Seasick Steve - “Sonic Soul Surfer”
Séptimo álbum de estudio para este bluesman californiano. Un maestro de la slide-guitar que, con sus más de setenta años, mantiene las facultades intactas y a sus riffs me remito. Álbum de blues arenoso que, si bien no supone ninguna revolución dentro del genero, suena de coña.
26. Alabama Shakes – Sound & Colour
Este “Sound & Colour” va mucho más allá de aquella fórmula vintage con la que Brittany Howard y sus chicos se presentaran ante nosotros hace ya tres años. Estamos ante un plástico más fiero, sexy e incluso más guarro que aquel “Boys & Girls”. Referencias evidentes al primer Prince, a las bandas sonoras de la blaxploitation y a la psicodelia, ¿alguien da más?
27. Diamond Rugs - “Cosmetics”
Incomprensible que este disco, el segundo del proyecto colaborativo capitaneado por John McCauley (Deer Tick) y en el que también se encuentran miembros de The Black Lips o Los Lobos, haya pasado tan desapercibido. Imperdonable en el caso de que seas fan de la banda de Providence. Más que nada porque “Cosmetics” suena a Deer Tick en su faceta más juerguista. Y es un buen disco. Incluso mejor que “Divine Providence” o “Negativity”.
28. Alberto Montero - “Arco Mediterráneo”
El regreso del trovador del Puerto de Sagunto ha sido todo lo feliz que cabía esperar. Lo ha hecho con esta entrega repleta de luminosidad y olor a mar. Un disco algo más tranquilo y delicado que aquel fantástico “Puerto Príncipe”, con el que mantiene en común los pasajes oníricos, incluso cinematográficos y el gusto por el etnicismo en las instrumentaciones.
29. Liturgy -“The Ark Work”
El tercer disco de la banda de Brooklyn demuestra que el Black Metal puede reinventarse. El cuarteto liderado por Hunt-Hendrix se aleja del estándar de género, incorporando elementos electrónicos y acercándose a patrones propios de la IDM. Un esfuerzo que es algo absolutamente novedoso -incluso revolucionario- dentro de un movimiento que, quizás, ha pecado de autocomplacencia.
30. Jim O'Rourke - “Simple Songs”
Ocho canciones que, contradiciendo el título del álbum, de simple tienen bien poco. Y es que destacan precisamente por la complejidad en los arreglos y el virtuosismo de esos músicos japoneses que acompañan al músico de Chicago en esta aventura. Un álbum emocional, con cierto deje de amargura, que nos retrotrae al Harry Nilsson barbudo y melenudo de comienzos de los setenta.
31. Will Johnson - “Swan City Vampires”
Will Johnson es Dios. Esta es su quinta entrega en solitario y es excelente como todas las anteriores. Algo que podemos hacer extensible a los álbumes con South San Gabriel, Centro-Matic, Overseas y a las colaboraciones con Jay Farrar, Jason Molina, Anders Parker o Yim Yames. Un disco crudo y honesto, pero sobretodo brillante. Y es que todo lo que toca Johnson se convierte en oro. El puto rey Midas de la americana.
32. The Minus 5 - “Dungeon Golds”
Scott McCaughey se rodeó de algunos de sus amigos para grabar a su aire y en su estudio casero -la mencionada mazmorra-, esta joyita deliciosamente pop, con ciertos toques de psicodelia y algo de rudeza garajera. Eso sí, nunca renunciando a ese clasicismo marca de la casa que, al final de la carrera, determina que el disco sea tan jodidamente bueno.
33. The Mountain Goats - “Beat the Champ”
La enésima entrega de la banda de John Darnielle propone un objetivo loable pero complicado: batir al campeón. Para ello se sirve de trece composiciones que dibujan esos paisajes sonoros tan reconocibles para cualquier seguidor de la banda de Claremont. La verdad es que no sé si han conseguido su objetivo, pero desde luego lo han intentado. Y yo he disfrutado con su esfuerzo, que al final es lo que importa.
34. Caspian - “Dust & Disquiet”
Desde la publicación de “Tertia” a finales de 2009, cualquier anuncio de nuevo material efectuado por Caspian, es acogido con enorme expectativa. Este año hemos tenido suerte y el quinteto de Massachusets nos ha obsequiado con una decena de composiciones que se retuercen en plena ascensión, para luego bajar abruptamente y así una vez tras otra. Furia y no precisamente silenciosa, pero también momentos de tranquilidad. Caspian en estado puro.

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