lunes, 27 de noviembre de 2017

El Último Vecino que no el vecino del último

Esta gilipollez es para deciros que también fui al concierto matinal que la banda de Gerard Alegre ofreció hace dos domingos en La Rambleta. Y es que el caos en que se ha convertido mi vida de un tiempo a esta parte, hace que se me olvide contar las cosas realmente importantes xé.

Pues eso, allá que fuimos aún con la resaca del concierto de Exquirla del que os hablaba en la anterior entrada. Y bendita resaca. Pese a lo cual y pasando por alto la inevitable comparación, lo pasamos realmente bien, saliendo más que satisfechos del bolo. Además, por si no había suficiente, después del concierto nos pegamos un buen homenaje a base de ceviche, causa limeña, pisco sour y demás mandangas ideadas en algún territorio de ultramar. ¿Qué mas se puede pedir?

Los chicos salieron fuertes a escena y es que, nada mejor que poner toda la carne en el asador desde el inicio. Para presentar esa peculiar propuesta de synth-pop dadaista y cariz melodramático nada mejor que hacerlo con la que, en mi opinión, es su mejor canción hasta la fecha: “Antes de conocerme”. (“Tú ya estuviste destrozada antes de conocerme. Si se te fue la luz, no culpes a nadie que tengas delante… Para ti siempre será la estela, tu estela querida. Para ti siempre será la bestia, tu bestia querida...”)


El show estuvo consagrado a desgranar los cortes de “Voces” (2016). Notable segundo álbum del cuarteto barcelonés. Por allí desfilaron “La noche interminable”, “Mi amiga salvaje”, “Nubes Grises” o “Una especie de costumbre”... Dando la razón a quienes afirman que en las últimas composiciones de "El Último Vecino" hay un alejamiento respecto a la oscuridad de los comienzos. Por decirlo de otra manera, que las nuevas canciones tienen más de El Último de la Fila y menos, aunque también, de Golpes Bajos. A ver, mantienen ese regusto a los Smiths, a The Cure –¡Ese comienzo de “Mi Escriba”!- o, por venirnos a terreno patrio, la impronta del sonido La Mode. ¡Y a Dios gracias! A veces incluso me recuerdan a The Drums. Aunque buscar influencias entre coetáneos resulte injusto. 

Dentro de un setlist bastante amplio, también hubo espacio para recuperar canciones antiguas como “Los Ángeles”, o incorporar cositas nuevas como esa marcianada llamada “Mi chulo”. Tremenda versión de La Zowi, la trap queen española por excelencia y que mejora con mucho a la original.   “…hemos dejado de vender todo eso. Y ahora solo quiero kilos, kilos de besos. Que el colchón ya está bien grueso. Ya solo he dejado de vivir de eso…”


...y si a todo eso le sumamos la inmejorable compañía, las ganas de fiesta de uno pese al cansancio y la performance de Gerard & Co, especialmente sus energéticos bailecitos a medio camino entre Morrisey y Raphael, bien mereció la pena el esfuerzo. 

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La foto con la que ilustro la entrada es de El Club de los Pilotos Suicidas.

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